La industria del maíz, bajo lupa en nuestro nuevo Informe de Combate

informe_MAIZEl maíz ha sido la base de la alimentación de los pueblos nativos americanos y sigue siendo un alimento fundamental para todos los países del continente. Sin embargo, hoy en día se ha convertido en una de esas materias primas sagradas para la industria tanto alimentaria como energética. Su consumo directo es ahora marginal, sobre todo en Europa, donde se cultiva desde el siglo XVII, y la producción se destina fundamentalmente a alimento para animales, especialmente los cerdos, así como para la producción de aceite comestible y de etanol.

No extraña entonces que dos de las principales zonas productoras de maíz en el mundo sean también áreas de intensa ganadería: el Corn Belt estadounidense y el sudeste de Brasil. Y es también por ese motivo que, si bien el maíz es el cereal que más se produce en el mundo, por encima del trigo o del arroz, no es el primero en consumo humano.

En la cocina, destaca por su popularidad las tortillas mexicanas y las arepas colombianas y venezolanas. Está presente en la harina de maíz (polenta), variados snacks, granos de maíz enlatado, aceite de maíz, almidón de maíz, colorantes, jarabe de maíz. La hoja del maíz se utiliza para preparar humitas o tamales. También se puede utilizar con fines medicinales (como diurético, astringente o para combatir la hipertensión, entre otros usos), para fabricar tejidos o como base del bioetanol. En algunas ocasiones se encuentra además en jabones, tintes, velas e incluso para fabricar neumáticos o fuegos artificiales. También se usa para producir plásticos.

Como suele ser habitual, analizamos en este Informe de Combate los principales datos de la industria con sus impactos sociales y medioambientales más importantes, centrándonos en este caso en asuntos como el maíz transgénico o las dificultades que el Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos ha creado a los agricultores mexicanos.

Los Informes de Combate son fichas sobre productos que realizamos mensualmente en exclusiva para nuestros mecenas donde analizamos el impacto social y medioambiental de la cadena de producción de diferentes sectores. Si quieres recibir estos Informes de Combate, te animamos a que te informes de cómo suscribirte y a que nos ayudes a seguir investigando de dónde procede lo que consumimos.
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