Por Jennifer Berengueras, co-fundadora de Next Step
Hace un año y medio nos propusimos crear unas bolsas de tela, bajo la marca Next Step, para sustituir a las de plástico que se utilizan para la compra de frutas y verduras a granel. En línea con nuestros valores personales de respeto por el medioambiente, empezamos entonces un viaje- que resultó más bien una odisea- en la búsqueda de un tejido sostenible.
Empezamos valorando el uso de algodón ecológico, pero indagando acerca del origen de las telas que se nos ofrecían, resultaba que muchas habían dado “la vuelta al mundo” antes de llegar a nuestras manos; algodón cultivado en EEUU, hilado en Turquía, tejido en Portugal y vendido en España. Sus viajes por el mundo no parecían compensar la parte ecológica de su cultivo. Y los precios de las telas de los proveedores que encontramos que ofrecían un algodón menos “viajado”, resultaban imposibles para el proyecto.
A lo largo del camino, conocimos la existencia del algodón integrado para cuya producción se limita el uso de fertilizantes y fitosanitarios a los “estrictamente necesarios”. Es decir, menos de lo malo, aun así, no ecológico -por lo que alguna entidad ecologista consultada no lo consideraba sostenible.
También removimos cielo y tierra buscando proveedores de materiales certificados de Comercio Justo. Aunque las entidades consultadas fueron muy cooperativas, lo cierto es que encontramos pocas soluciones y todas fueron descartadas ya fuera por la calidad como por la falta de respuesta.
¡El cáñamo! ¿Cómo no habíamos pensado en esta planta cuyo cultivo requiere de muy pocos recursos y de la que se aprovecha todo? Los poquísimos fabricantes de tela de cáñamo que encontramos- y buscamos a nivel europeo- no tenían el tipo de tejido que necesitábamos o los precios no hacían factible el proyecto. Conseguir respuesta de proveedores de otros materiales más sostenibles -como el Tencel- considerando que empezábamos con un proyecto de dimensiones conservadoras tampoco fue fácil.
Paralelamente, nos íbamos formando en el tema de la economía circular que, de manera muy simple, sería aprovechar los residuos de unos como recurso para otros. Así pues, nos propusimos apostar por esta vía. Parecía sencillo ¿sí?. Escribimos a asociaciones de recuperadores que promueven la economía social y solidaria pero como mucho podían ofrecernos retales de ropa- que no era nuestra idea.
Encontramos fabricantes de telas hechas con materiales reciclados como de tejanos viejos o de plásticos provenientes de botellas de PET o redes de pesca. Pero en algunos casos eran materiales que no encajaban para las bolsas que queríamos o los proveedores, como una famosa top model de los 80, “no se levantaban de la cama” por pedidos de menos de 1.000 metros de cada color.
Ya desesperadas, contactamos con marcas de ropa que utilizan materiales reciclados. Nos sorprendió gratamente su disponibilidad a ayudar- cosa que demuestra que su apuesta por la sostenibilidad es real, y fue gracias a una de ellas que dimos con nuestro proveedor actual.
El algodón utilizado en las bolsas Next Step es aprovechado de los retales pre-consumidor que suelen descartarse en las fábricas textiles. Para poder reaprovechar estas fibras- que son más cortas, se deben mezclar con otros materiales más resistentes como, en nuestro caso, el poliéster. Este poliéster proviene de fuentes post-consumidor como las botellas de PET recicladas. Las Next Step se producen en India. El fabricante dispone de las certificaciones GOTS y OEKO-Tex que, entre otros requerimientos, certifican ciertos criterios sociales y condiciones laborales seguras y socialmente responsables.
Así pues, después de un viaje lleno de dilemas y decisiones, y con el objetivo de ir mejorando con cada nueva colección, hoy finalmente podemos presentar las bolsas Next Step.
Hasta el 7 de Abril se podrán conseguir los packs -a un precio especial- en la plataforma de crowdfunding Ulule.
Seguimos en la búsqueda del material perfecto, así que somos todo oídos a sugerencias.
Si te interesa puedes seguir a Next Step en: