Patrocinadores envenenados para los Juegos Olí­mpicos

Los Juegos Olí­mpicos suelen estar acompañados de polémicas que poco tienen que ver con la competición deportiva. En la última convocatoria, celebrada en China en 208, fueron las violaciones de los derechos humanos por parte del gobierno las que atrajeron la atención de medios y activistas. Este año, en Londres 2012, los responsables han querido evitar la controversia y se han adelantado con una campaña para organizar los Juegos Olí­mpicos «más verdes y éticos» de la historia.

Así­, en un documento, titulado «Towards a one planet Olympics», la organización aseguraba que «todos los bienes, materiales y servicios serán analizados en primer lugar según la necesidad y entonces evaluados según criterios ambientales, sociales y éticos así­ como parámetros convencionales. Los mismos principios serán utilizados para seleccionar a los mecenas». Pero la polémica no ha tardado en llegar y algunas de las marcas patrocinadoras han puesto en entredicho tal loable objetivo debido a sus dudosas prácticas laborales y ambientales.

Las marcas de ropa deportiva, las primeras sospechosas

Uno de los elementos más importantes de una competición deportiva son los uniformes. En un evento como los Juegos Olí­mpicos, los equipamientos no van solo destinados a los deportistas sino a hacer toda una serie de merchandising para los fieles seguidores de sus selecciones. Por ello, sus fabricantes han sido los primeros objetivos de las crí­ticas.

Una de las campañas que le ha seguido la pista más de cerca ha sido «Juega Limpi0 2012», una iniciativa organizada por Trades Union Congress and Labour Behind the Label,  que pide a los fabricantes que todo equipamiento deportivo o material que lleve el logo de los Juegos Olí­mpicos respete los derechos laborales de sus trabajadores. Sus investigaciones, sin embargo, han puesto en evidencia serias violaciones y uno de sus informes, sobre las condiciones de fábricas proveedoras en China, Filipinas y Sri Lanka, describen salarios mí­seros, exceso de horas extra que además son forzadas, o la prohibición de organizarse sindicalmente. No obstante, la campaña reconoce también que la organización de los Juegos «ha ido más lejos que ningún otro organizador», pero consideran las medidas insuficientes.

Una de las marcas más nombrada ha sido Adidas, por ser no solo uno de los principales proveedores sino también un importante patrocinador. Una reciente investigación de The Independent aseguraba que los equipamientos que Adidas ha confeccionado para el equipo olí­mpico de Gran Bretaña han sido cosidos en sweatshops (término para designar a fábricas con pobres condiciones laborales) en Indonesia. Algunas de las condiciones que los trabajadores contaban al Independent incluí­an 5 horas de trabajo extra cada dí­a, que a menudo no eran pagadas, o la prohibición para ir al baño durante largas horas. Un segundo artí­culo aseguraba además que las inspecciones son anunciadas con anterioridad, por lo que las fábricas pueden simular mejores condiciones. Los trabajadores son además obligados a mentir. El informe de Juega Limpio nombra además otras marcas, como Speedo o Nike, aunque estas marcas son proveedores, pero no patrocinadores.

Rio Tinto y el metal de las medallas


Otra de las empresas concernidas es la minera australiana Rio Tinto que, aunque no es oficialmente un patrocinador, es el proveedor exclusivo del metal para hacer las medallas. Con los metales extraí­dos de sus minas, se fabricarán las 4.700 medallas de oro, plata y bronce con las que se condecorará a los ganadores.

La campaña Greenwash Gold, que hace referencia al lavado de cara que pretenden hacer estas compañí­as asociando su nombre a prácticas ecológicas, ha denunciado que el metal que Rio Tinto utilizará para hacer las medallas procede de minas que no cumplen con los estándares ecológicos. En el caso del yacimiento del Cañon de Kennecott Bingham, en Estados Unidos, los vecinos se han quejado de enfermedades asociadas a la contaminación del aire que produce la mina y que afectan principalmente a los niños. Los metales procederán además de una segunda mina de cobre y oro situada en Mongolia, donde, según la campaña, Rio Tinto malgasta el poco agua que hay en una zona desértica. Sin embargo, también hay muchas voces que defienden el impacto positivo del proyecto sobre el empleo o los programas medioambientales que ha puesto en marcha la empresa.

Dow Chemical, Bhopal y el agente naranja

Conocida simplemente como Dow, Dow Chemical es una de las multinacionales del sector quí­mico más importantes del mundo. Ha sido también uno de los patrocinadores más polémicos de los Juegos (también ha sido criticado por la campaña Greenwash Gold), ya que sus actividades chocan de lleno con el espí­ritu verde proclamado por la organización. Su producción de fertilizantes agrí­colas, plásticos y otros compuestos quí­micos ha sido denunciada en varias ocasiones por contaminación del aire y agua y en 2010 la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU aseguró que Dow era el segundo mayor productor de desechos tóxicos del paí­s.

Sin embargo, su caso es especial. Las acusaciones no vienen únicamente de activistas o ví­ctimas, como con las otras compañí­as, y un gobierno ha levantado la voz contra la empresa: el de Vietnam. Dow Chemical fue uno de los principales productores del agente naranja (junto a la también conocida Monsanto), un potente herbicida que fue rociado durante la Guerra de Vietnam sobre el 12 por ciento de la zona sur del paí­s para acabar con la jungla que escondí­a a los comunistas y sus reservas de comida. El herbicida se mostró además un potente tóxico que ha producido ha causado unas 400.000 muertes y serios daños en la población vietnamita en la que siguen naciendo bebés con malformaciones cuatro generaciones después. La ironí­a es, si cabe, mayor, ya que Dow patrocina también los Juegos Paralí­mpicos, a pesar de ser acusado de provocar ellos mismos varias discapacidades. Dow también produjo napalm para el ejército estadounidense, un compuesto abrasivo con el que se rociaban poblaciones enteras y que dio lugar a la famosa foto de la niña desnuda que acaba de cumplir 40 años.

India tampoco entiende que Dow pueda ser patrocinador de un evento que pretende ser justo y ecológico, debido a su relación con el desastre de Bhopal. En diciembre de 1984, una fuga en una fábrica de pesticidas de la empresa Union Carbide envenenó a 8.000 personas que murieron en el acto. Se calcula que otras 12.000 personas han muerto desde entonces por causas asociadas y que 600.000 sufren sus secuelas. Dow Chemical entra en juego solo años después, cuando adquiere Union Carbide en 2001. Desde entonces, la compañí­a se ha negado a limpiar la zona, como han pedido numerosas campañas. El Comité Olí­mpico de India ha asegurado que pedirá al COI que rechace a Dow como patrocinador.

Otras compañí­as, como las energéticas BP y EDF o Mc Donalds, también han sido criticadas. A pesar de que la organización aseguró que elegirí­a con cuidado a sus patrocinadores, no parece dispuesta a renunciar a unas empresas que pagan, en el caso de los 11 patrocinadores globales, 100 millones de dólares durante los cuatro años que dura el ciclo olí­mpico.  Los Juegos Olí­mpicos abrirán sus puertas en 50 dí­as (27 de julio). ¿Habrán mejorado para entonces su lista de patrocinadores?

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