Este año, Biocultura Madrid será especial. Al menos para nosotras, ya que será la primera vez que participaremos con un stand. Pero también será una edición especial en general, ahora que ya ha pasado la peor parte de la pandemia y que los eventos han recuperado su actividad normal. Y el cartel promete. Más de 400 expositores, cientos de actividades (5 de ellas nuestras – puedes ver toda nuestra agenda aquí) y una previsión de visitantes de unas 50.000 personas. Hablamos con Ángeles Parra, directora de la feria y presidenta de la asociación Vida Sana, sobre qué podemos esperar en esta edición y también sobre cómo está cambiando nuestro consumo en este mundo tan agitado. Te recordamos además que tenemos un sorteo abierto en Instagram para conseguir 10 entradas dobles para la feria (y si eres mecenas, revisa tu correo porque hay otro sorteo para ti).
BioCultura está a punto de abrir sus puertas. ¿Qué se va a encontrar una persona que vaya a visitar la feria?
Las personas que visiten BioCultura van a encontrar muchas cosas. Por un lado, todas las novedades del sector ecológico. Calculamos que deben haber, in situ, en la feria, unas 20 mil referencias del sector “bio” entre los 430 empresas expositoras. Aparte de la oferta comercial, hemos organizado más de 300 actividades. Habrá conferencias, mesas redondas, jornadas profesionales, conciertos, talleres de danza, películas… Y una zona de eco-food trucks para quedarse a pasar el día en la feria y comer a gusto. BioCultura es una especie de guía para ese otro mundo que está por venir: armonía, salud, paz…
El espacio de Tribuna de Ecojusticia, en el que Carro de Combate va a participar, es una de las principales novedades. ¿En qué va a consistir?
Nuestros gobernantes no están tomando las decisiones oportunas en diferentes ámbitos de gran interés para la ciudadanía y para nuestra supervivencia en el planeta de forma digna. Por ejemplo, en el tema del calentamiento global o de la pérdida de diversidad, pero también en otros ámbitos, como el sanitario, alimentario, energético, agrario, social, de derechos fundamentales… La Tribuna de Ecojusticia será un altavoz para los que tienen dificultad para poder expresarse en los medios convencionales, que, cada vez más, son la trinchera de las grandes empresas y de administraciones inoperantes. Así es que diferentes ONGs y colectivos ciudadanos, van a estar ahí informando, proponiendo y buscando nuestra complicidad. Carro de Combate va a estar muy activo en esta Tribuna, y además participando con un stand informativo. También por supuesto, estará presente el colectivo de Científicos en Rebelión, un movimiento internacional que también está activo en nuestro país.
¿Qué otras novedades importantes habrá en la feria de este año?
Van a ser 4 días intensos, y, muchas novedades ya que estamos hablando de sectores muy creativos e innovadores. Tanto en propuestas de productos alimenticios como en cosmética, en moda sostenible… Aunque me gusta destacar siempre que de las 50.000 personas que esperamos que visiten la feria, un porcentaje de alrededor del 70% acude a las actividades paralelas. Esto es para nosotros un dato muy importante porque refleja el interés del visitante en implicarse de forma personal y/o profesional en la búsqueda de soluciones para un mundo mejor. Tendremos showcooking ecogastronómico con infinidad de propuestas culinarias, talleres de cosmética, debates de todo tipo; y en fin de semana el festival infantil MamaTerra para que los pequeños/as aprendan a hacer pan, cocinar, reciclar, etc… Desde todas partes, ahora, se habla de que la educación en sostenibilidad de las nuevas generaciones es indispensable para el futuro de nuestras sociedades.
BioCultura es ya todo un referente no sólo en el sector ecológico sino en entender el consumo de una manera más crítica. ¿Cómo han cambiado las personas consumidoras a lo largo de estas casi 4 décadas?
Yo creo que el principal cambio es que, al principio, en las primeras ediciones de la feria en la Casa de Campo, las personas que venían eran muy militantes, muy activistas. Luego, el espectro se fue ampliado. Ya venían muchas más personas. Quizás, algunas de ellas, no tan activistas… Pero habían comprendido que el consumo formaba parte del cambio. Y empezaban/empiezan a dar sus primeros pasos en ese sentido… Ahora tenemos un público cada vez más joven. Nuevas familias y colectivos que están dispuestos a cambiar sus hábitos de consumo para que se produzca el cambio en las políticas y en las industrias.
Los últimos años han sido complicados. Primero, por la pandemia; y después, por las continuas crisis y conflictos internacionales. ¿Está afectando esto de alguna manera al sector del consumo ecológico y ético?
Esta es una respuesta difícil. Entre otras cosas, porque aún no tenemos las estadísticas del sector más recientes. Yo te puedo explicar cómo yo lo veo… Hasta ahora, habida cuenta de la extraordinaria fidelidad del sector ecológico, el sector “bio” ha podido con todo. Incluso con la pandemia. En el tiempo de Covid, el sector no solo aguantó, sino que creció. Las personas nos preocupamos más por cómo influye nuestro consumo en nuestra salud. Lo que tenemos ahora es diferente. La crisis afecta a todo el mundo. Es normal que muchos ciudadanos y ciudadanas tengan menos dinero para gastar en alimentación y eso tiene que repercutir, obviamente, también, en el sector ecológico. Pero me gustaría hacer un paréntesis aquí y comentar como han cambiado nuestros hábitos como consumidores. En 2021 (según el INE), el gasto familiar en alimentación ha sido del 16’43%, mientras que, desde 1966 y hasta el 2016 estaba en 49% . ¿Qué ha pasado? Este es un dato que me preocupa enormemente, parece que cada vez le damos menos importancia a alimentarnos bien, y toman prioridad otros gastos como por ejemplo el de la informática, por poner un ejemplo fácil. Pero, sí, al fin y al cabo, el mundo “bio” no es una burbuja totalmente independiente y se ve, y se verá, afectado. Aun así, el mundo ecológico está más preparado para sobrevivir a las crisis que otras empresa porque propone cambios que son sostenibles en el presente y en el futuro. El consumo bio es un pilar fundamental del cambio de paradigma necesario.