A partir del próximo año, un nuevo ingrediente comenzará a formar parte del vocabulario corriente de los europeos: el aceite de palma. Será entonces cuando las empresas estarán obligadas a determinar en los envoltorios qué tipo de aceite están utilizando y dejar de esconderlo bajo la etiqueta genérica de «aceite vegetal». Porque aunque sea un ingrediente con el que estamos poco familizarizados, se utiliza en casi la mitad de los alimentos procesados que consumimos y en muchos otros productos desde jabones a velas.
El aceite de palma es el tipo de aceite más consumido en el mundo, debido a su bajo precio y a su versatilidad. Su producción ha sido también ligada a la deforestación de bosques tropicales y a la esclavitud. Es una industria que ha estado bajo una fuerte presión internacional y que se ha movido rápidamente para mejorar su imagen.
De todo esto hablamos en nuestro décimo Informe de Combate, en el que repasamos el trágico impacto que este preciado aceite está teniendo en los bosques de Malasia, y sobre todo, Indonesia, o el impacto de este tipo de grasa, que nos rodea a diario, en la salud.
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