Hace unos meses, las redes se llenaban con las imágenes de montañas de ropa apiladas en el desierto de Atacama (Chile). Prendas de todo tipo cubrían hectáreas y hectáreas de ropa, muchas de ellas aún con la etiqueta puesta. No era ninguna atrevida campaña de la industria de la moda, sino un espejo del impacto de nuestro desenfrenado consumo de ropa.
Las montañas de Atacama dieron la vuelta al mundo e hicieron visible un problema que es cada vez más difícil de ocultar: el fuerte impacto medioambiental que tiene la industria de la moda. Así, se producen unos 100.000 millones de prendas de ropa cada año, de las cuales se calcula que un 73% acabará en un vertedero, y se calcula que la industria es responsable de hasta un 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y, sin embargo, apenas un 1% de la fibra es reciclada para crear nuevos tejidos.
Esa huella medioambiental es todavía hoy poco visible. Por ello, en 2020, lanzamos en Carro de Combate el proyecto #ModaBasura con el objetivo de poner la lupa sobre ese impacto socioambiental de la industria textil. Como ya contamos hace poco, la pandemia trastocó nuestros planes de viajar a los centros de producción de Asia, África y América Latina y de contar la historia como la habíamos planeado. No sólo es difícil ahora viajar a muchos de esos países, sino que los costes se han multiplicado.
Pero hay también mucho tela que cortar en Europa. Tan sólo en España, por ejemplo, la iniciativa ModaRe calcula que se generan cerca de 900.000 toneladas de ropa cada año, de las que sólo se recogen un 12% (108.000 toneladas). Parte de esta ropa recogida es devuelta a tiendas de segunda mano, a menudo gestionadas por organizaciones de la economía social y solidaria -aunque no siempre-, otra es enviada a países del Sur, y una fracción mínima es reciclada para producir nuevas fibras.
Y es aquí por donde vamos a empezar. Durante los próximos meses, publicaremos los resultados de nuestras investigaciones al respecto, hablaremos de los lavados reputacionales de la industria, de las nuevas legislaciones, de lo que ocurre en las plantas de tratamiento textil y de algunas de las iniciativas que están intentando cambiar esta industria. Te recordamos además que ya publicamos un directorio con una selección de ellas.
Primera parada: vamos a ver cómo la industria de la moda blanquea su propia ropa ¡Allá vamos!
No olvides que esta investigación, como todas las que hacemos en Carro de Combate, son posibles gracias a nuestras mecenas. Si quieres ayudarnos a seguir investigando, puedes hacerte mecenas desde tan sólo 15€ al año.