Tiempo de actuar

Vivir mejor con menos. Cada vez se suman más voces a los reclamos por un modo de producción más lógico y eficiente -pero eficiente de verdad, social y medioambientalmente, y no eficiente en términos de las cuentas de resultados de las grandes empresas-.

Este cartel de la web Tiempo de actuar sintetiza algunas propuestas básicas, razonables, a nuestro alcance con el nivel tecnológico con que contamos. Parte de una idea central: biomí­mesis -de ‘bio’, vida, y ‘mimesis’, imitar-. Esto es, imitar a la vida. «Comprender los principios de funcionamiento de los ecosistemas en los que se desarrolla la vida human,a con el objetivo de reconstruir los sistemas productivos humanos de manera que sean compatibles con los sistemas naturales». Imitar a la naturaleza, que no desperdicia una sola partí­cula. No parece un mal comienzo.

Reutilizar, reciclar, reparar, ¡desacelerar los tiempos!, mirar las etiquetas -y exigir un etiquetado más completo– para saber de dónde viene lo que comemos y lo que consumimos. Reconceptualizar: «cambiar de gafas para cambiar la realidad; ampliar nuestra mirada sobre el mundo y orientar nuestra atención hacia lo que vale la pena: la preservación de la naturaleza, las relaciones humanas y la calidad de vida». ¿Cómo? Fortaleciendo el mundo rural, relocalizando la producción, racionalizando y humanizando los espacios urbanos. Redistribuyendo los recursos. Considerando la huella ecológica que dejamos con los productos que compramos, los modos de transporte que utilizamos o incluso con lo que comemos -la mayor huella ecológica la dejamos con carnes rojas y dulces; la menor, con frutas y hortalizas-.

Cada vez somos más los que estamos convencidos de que un cambio radical en nuestros modos de producción y nuestras formas de vida no sólo aliviarí­an la carga del planeta, sino que nos harí­a más felices. Y, ahora más que nunca, es tiempo de actuar.

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Recordad que seguimos con nuestra campaña «Por un azúcar menos amargo «“ 500 mecenas | 5 euros». Necesitamos vuestro apoyo para contaros por qué el origen azúcar puede ser tan amargo.

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